La gran pollada

Sí, lo sé....el nombre es divertido, pero no es lo que os imagináis. ¡Qué curioso es esto de las polladas! No os creáis que es algo común, el organizar una pollada no es algo fácil; hay que llamar a un montón de gente, comprar mucha cerveza y cocinar unos buenos pollazos.

Venga va, ya en serio. La pollada es un evento que realizan los peruanos más humildes cuando necesitan algo de plata (dinero, para nosotros). Una pollada puede ser pro-salud, pro-deudas...etc. El caso es que, como en prácticamente todas las cosas aquí, es increíble como se involucra toda la familia.

Quedamos para levantarnos a las 4:00 am, pero yo, ya intuyendo la terrible impuntualidad de los peruanos, me pongo el despertador a las 4:15. Me despierto y, aunque tenía alguna esperanza, mi gozo en un gran pozo. Me quedo sentado en el salón esperando hasta las 4:50, hora a la cual despierto a Emily (una gran amiga, hija de la dueña de la ONG). Hablamos un poco pero decidimos que a dormir. A las 6 me vuelven a despertar, ¡esta vez vamos en serio!

Bajamos al piso de abajo y nos ponemos manos a la obra. Hay que "zancochar" (cocer) las papas. Mientras se están cociendo, partimos la col y la aliñamos. Al mismo tiempo preparamos una salsa de rocoto con ají. ¡ROCOTO CON AJÍ!

Esta salsa merece un paréntesis. Ni os imagináis como pica esa mierda. Y no sólo pica como mil demonios sino que el picor no desaparece a la hora de ir al baño. Sí, me lo avisaron, pero los vascos somos como somos y un "a que no hay cojones" llega directo al corazón. El caso es que me retaron a acabar un vaso de esa salsa a cucharadas con el famoso tío Luis, todo un fenómeno. No os podéis imaginaros lo que fue, llorando y riéndome al mismo tiempo en el baño por estúpido...qué mal lo pasé....

8 de la mañana, las papas están listas, hay que empezar a pelarlas. Tras pelar 14 kilos de patatas, comenzamos a freir los pollos que, el día antes, habíamos descuartizado.¡Madre mía que divertido! Aunque esa es una de las experiencias peruanas no aptas para cardiacos. Todo empezó con 60 pollos. Había que quitarles las plumas, luego la cabeza, las patas; meter en una olla los hígados, las mollejas y los corazones; quitar los cayos a las patas....etc etc.

Una vez fritos los pollos, hora de repartirlos.


Pero aquí no acaba, n ha hecho más que empezar. Por la tarde vamos a comprar 180 cervezas Pilsen. No se si la expresión "de tamaño pilsen" viene de aquí, pero desde luego, no me extrañaría. ¡las cervezas tienen 650 ml! Así que sí, son unas Pilsen de tamaño pilsen.

El resto de la tarde preparamos la casa para la fiesta de por la noche. En ocasiones, la pollada se continúa de una fiesta en la que la gente compra cerveza y pollos cuando tienen hambre por lo que ayuda aún más a la pollada.

Bueno, ¡qué decir! ¡menudo fiestón! La salsa y la bachata dominaban el radiocasete del año pum y la gente bailaba increíble...¡como se mueven! Las cervezas se acabaron entre unas 45 personas...gente durmiendo en las esquinas, unos borrachazos, otros no tanto...en fin, me lo pase como un enano.

Y cuando ya parecía que acababa todo, a las 2 de la mañana me pongo a cargo de la caja. A las 6, mientras seguía de caja, estaba pelando papas. A las 7, seguía de caja, pelaba papas y trozeaba col.... entonces te preguntas: ¿la gente que lleva aquí desde las 22 horas no tienen casa? En , yo seguía preparando pollos y a eso de las 7: 30 cojí el coche y fui a repartirlos con el tío Luis. Vendimos todos los que llevabamos así que vuelta a la casa a por más. Y volvemos, y ¡flipa!, aún hay gente bailando y pidiendo cervezas a las 9:30 de la mañana....Estos peruanos a veces no tienen límites.

Concluyendo, un día increíble, en el que aprendí a diseccionar y cocinar un pollo, en el que me he reído más que en toda mi vida y en el que, además, hemos conseguido que una persona deje de estar endeudado hasta los dientes y pueda llevar una vida normal (al menos, por un tiempo)




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