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Mostrando entradas de septiembre, 2013

De viaje al internado.

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Este viaje fue sin duda alguna mi primer contacto real con este país maravilloso. Muda me recogió en el aeropuerto a eso de las 21:00 hr. Todo estaba lleno de gente y coches, sin ningún orden. Desde el primer momento ya me di cuenta que este país se basa en la ley de la selva: Ten miedo del poderoso y crécete ante el débil. El parking del aeropuerto era así, los coches van por donde quieren y como un coche aplasta a un peatón, tú, el peatón, eres quien debe esquivar a los coches pues ellos no van a frenar. Muda me condujo hasta su coche, un coche viejo viejísimo que suficiente era con que andase. La salida del parking fue aussi interesante. Pongámonos en situación: 2 carriles han de salir por la salida, la cual está compuesta por un único carril. ¿Preferencias? No existen. Si eres valiente, aceleras y rezas para que el del otro carril frene. Por el contrario, esperas, como Muda. Tras media hora en ese parking salimos a la carretera; la ley de la selva volvía a estar presente. Ca

Aterrizando en un nuevo planeta

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  Desde que me monté en el avión en Bruselas, mi cabeza se convirtió en un auténtico hervidero de nervios. Mi cabeza no engranaba bien, no podía ni hablar en francés con la azafata de tierra. En mi cabeza sólo había preguntas, zarandeándose de un lado a otro y golpeado cada vez más fuerte en mi cabeza a medida que nos íbamos acercando. ¿Qué pasará cuando me baje del avión? ¿habrá alguien esperando? ¿cómo le reconoceré? ¿podré entenderme con él?....Pero si eso no era suficiente, el viaje me "ayudó". Nada más entrar al avión, una sonrisa enorme iluminó mi cara. ¡Tenía una pantalla repleta de películas! Por lo menos, esto ayudaría a olvidarme un poco de la situación. Sin embargo, por causas desconocidas, 3 minutos después de trastear con ella tras el despegue, la pantalla hizo pufff....y se acabó el lujo. Intenté llamar a la azafata pero después de media hora desistí en el intento y cancelé la llamada. ¿Solución? Dormir. Me tiré casi todo el viaje sobando. Y lo que no