El mejor día de mi vida
Ya en la cuenta atrás de una experiencia que ha marcado mi vida, he decidido compartir con vosotros algo tan personal como es un día de mi diario. No un día cualquiera, un día especial, un día que no olvidaré nunca, el mejor día de mi vida hasta ahora. La magia empezó desde temprano. Era lunes 28 de agosto y, como todo lunes, me dirigí a Semillitas. Ya he escrito con anterioridad sobre este colegio pero no hay palabra en el mundo para describir lo que es entrar en este colegio. Ya estoy mal e hiper orgullosamente acostumbrado a que, cuando entro, unos 5 niños de entre 3 y 5 años vengan corriendo a lanzarse a mis brazos al grito de “¡Alvaro, Alvaro!”. Sin embargo, el lunes esto no fue nada. El colegio queda como en un hoyo, de tal manera que cuando te estás acercando pueden verte desde el patio. Caminaba en un día lleno de niebla, camino a mi Semillitas. Llegué a esa esquina desde la cual se ve el colegio y ya me vieron. Unas 15 vocecitas al grito de “¡Alvaro, Alvaro!” empezaro...